domingo, agosto 08, 2010

El Cordón de la tentación




Cuando yo era niño, solía capturar muchos gorriones durante el invierno. Iluminaba con una linterna debajo del techo y allí encontraba más de un gorrión asustado. Entonces, extendía mi mano y tomaba un gorrión dormido tras otro. Pero, había otra forma de capturarlos. Por la tarde, levantaba una caja con un palo atado a un cordón en el patio y entraba a la casa llevando el otro extremo del cordón en la mano. Debajo del cajón dejaba un poco de arroz o trigo que tentaba a los gorriones. Al comienzo venían uno o dos pajarillos. Cuando verificaban que todo estaba bien, comenzaban a venir cada vez más a regodearse con el alimento. La mayor parte del alimento se encontraba debajo de la caja. Así que, cuando los gorriones todavía estaban comiendo, tiraba del cordón y así los capturaba.

Así es. lo que es bueno para nuestros ojos... puede traernos problemas. Cuando pensamos que tenemos mucha suerte, estamos en problemas; cuando pensamos que ganamos dinero sin esfuerzo, estamos en problemas. En un lugar escondido, hay unos ojos invisibles que tienen el extremo de la soga en su mano y nos espían desde la habitación. Ese es el cordón de la tentación que nos lleva a la perdición.

El creyente no debe ver todas las cosas de este mundo solamente como "hermoso, bueno, muy bueno". Sino que debe discernir si es conforme a la palabra de Dios y no es pecado. "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malo, ni estuvo en camino de pecadores" (Sal. 1:1)

[Nada es mas valioso que la palabra]/ Kim Sam-hwan Tomado de Tiempo con Dios Mayo 2010



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