Esto ocurrio cuando realicé un viaje a Puerto Principe, Haití. Al caer la noche, estaba agotadisimo al finalizar un intenso dia de trabajo. Me senté en un restaurante francés ubicado en una de las avenidas principales. Cuando tenía una buena comida delante, pensé que no podia estar mejor que en ese momento. Cuando estaba por empezar a cenar, sentí unas miradas del otro lado de la ventana, y eran cuatro rostros de niños mendigos apegados a la ventana mirando mi plato. El mozo se dio cuenta de la situación y rápidamentebajó las persianas de la ventana.
-"Señor, ahora puede comer tranquilo".- ¿Tranquilo? ¿Podré realmente?
Pero, la mayoría de nosotros vivimos como si nada. "bajamos las persianas" para no ver a los niños que mueren cada dia de hambre y enfermedad. Comemos tranquilos, disfrutando de la comida como si ellos no existieran. En la biblia, Jesus nos relata sobre el hombre rico y el mendigo Lázaro (Lc. 16:19-31). El rico vive en una mansión disfrutando del lujo y sus "banquetes con esplendidez". Y a la puerta de su mansión, se echaba el mendigo Lázaro, quien gemía de hambre. más adelante, los dos hombres mueren. Lázaro, quien habia pasado hambre, descansó en los brazos de Abraham. Por el contrario, el rico vivió toda su vida con "las persianas cerradas" para ignorar a Lázaro que gemía delante de sus narices. Suba las persianas. Y podrá ver a las personas a quienes debemos servir con amor, diligencia y sacrificio.
Tomado de Tiempo con Dios es vida viva/Mayo 2011
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Atentamente
Omar A. Parra P.
