martes, octubre 31, 2006

Introduccion al Cristianismo En audio y tambien unos sermones

1. Introducción al Cristianismo:
Curso Introductorio al Cristianismo en Formato Audio Windows Media.
Tema 1 Dios Te Ama - Pulsando Aquí!!
Tema 2Un Dios en quién Confiar - Pulsando Aquí!!
Tema 3 ¿Cómo ser cristiano? - Pulsando Aquí!!
Tema 4 Comenzar de Nuevo - Pulsando Aquí!!
Tema 5 ¿Cómo ser justos? - Pulsando Aquí!!
Tema 6 ¿Cómo ser cristianos? - Pulsando Aquí!!
Tema 7 ¿Cómo crecer espiritualmente? - Pulsando Aquí!!
Tema 8 Una carta de Amor - Pulsando Aquí!!
Tema 9 ¿Cómo conversar con Dios? - Pulsando Aquí!!
Tema 10 Mantener Viva tu experiencia - Pulsando Aquí!!


2. Ayuda Espiritual.Sermones en Formato Audio Windows Media.
Tema 1 Todo perdido - Pulsando Aquí!!
Tema 2Venciendo los preconceptos - Pulsando Aquí!!
Tema 3 ¿Cómo nacer de nuevo? - Pulsando Aquí!!
Tema 4 Con la ayuda del Espíritu Santo - Pulsando Aquí!!
Tema 5 En medio de la destrucción - Pulsando Aquí!!
Tema 6 ¿Quién es el Buen Pastor? - Pulsando Aquí!!
Tema 7 El Gran Libertador - Pulsando Aquí!!
Tema 8 La Muerte - Pulsando Aquí!!
Tema 9 La Obediencia - Pulsando Aquí!!
Tema 10 En las dificultades - Pulsando Aquí!!
Tema 11En la resurrección - Pulsando Aquí!!
Tema 12En la toma de decisiones - Pulsando Aquí!!
Tema 13Lejos del Padre - Pulsando Aquí!!
Tema 14La encrucijada de la historia - Pulsando Aquí!!
Tema 15Su Venida en Gloria - Pulsando Aquí!!

Como Oramos?

Quiero compartir este articulo que recibo via correo electronico gracias a mi hermana Yomaris y que de verdad ha revolucionado mi vida devocional, espero que sea de mucha bendicion para ustedes:


COMO ORAMOS?

A fin de estar listo para comenzar mis oraciones a las seis de la mañana, tenía que levantarme a las cinco; y lo hacía. Día tras día salía a rastras de la cama para orar y leer la Biblia durante una hora

Pero una vez no pude hacerlo -sencillamente estaba demasiado cansado para levantarme-, y ¡a lo largo de toda la jornada me sentí culpable!. Sin embargo, llegó el día en que descubrí que Cristo vive en nosotros, y que podemos gozar de un diálogo continuo con él. Al principio, cuando empecé a tener comunión con el Señor durante todo el día, seguía poniéndome de rodillas a las seis de la mañana, como de costumbre; pero la diferencia estaba en que al incorporarme seguía hablando con él.

Cierto día, tras levantarme después de mi período devocional matutino, Jesús me preguntó: "¿por qué te arrodillas ahí? Acaso no hablas conmigo durante todo el tiempo, incluso si no estás de rodillas?".

Entonces empecé a darme cuenta de que cuando hablaba con Jesús a lo largo de todo el día, aquello formaba para mí parte de la vida real: era una relación con sentido. Pero el orar una hora cada mañana no suponía vida para mí; sino que era estar atado a una religión. Disfrutaba de mi conversación con Jesús durante toda la jornada; sin embargo el tiempo devocional lo tenía como una obligación.

Creo que hay muchisimas personas esclavizadas a un sistema religioso en sus vidas diarias porque no entienden que andar en el Espíritu es estar continuamente conscientes de la permanente presencia de Cristo dentro de nosotros.

Hoy me doy cuenta de que tengo una actitud como para mantener un diálogo continuo con él. Tan pronto como me despierto por la mañana, me desperezo y bostezo; luego digo: -Buenos días, Señor Jesús. ¿Cómo estás? (¡Esto mientras todavía me encuentro en la cama, no de rodillas!)

-Muy bien -me contesta-, ¿y tú Juan?
-Magnificamente -respondo-; he dormido muy bien esta noche.
-Ya lo he visto.
-Señor -expreso -, me parece que voy a quedarme en la cama unos pocos minutos más.
Como es mi amigo, y quiere que el día me vaya bien, me insta:
-Levántate, Juan. Sabes muy bien que cuando te quedas en la cama luego terminas corriendo. ¿Por qué vas a estropear la mañana con las prisas? Estás despierto, ¿no? Levántate y podrás disponer de mucho tiempo.

-Si Señor, pero... -Vamos, levántate. Tal vez el domingo puedes quedarte durmiendo; pero hoy sal de la cama para que no tengas luego que correr. De modo que me pongo en pie y voy al cuarto de baño para ducharme. Mientras lo hago continúo dialogando con él.

-Señor -le digo-, entretanto que me lavo por fuera, ¿no podrías limpiarme tú por dentro?
-¡En verdad lo necesitas, Juan! -me contesta.
Cuando acabo mi ducha él comienza a enseñarme a ser un buen esposo.

Ya que he dejado un charco de agua en el cuarto de baño, me dice: -Juan, seca el suelo; ahí tienes la esponja. Limpia también el lavabo.
-Señor -aduzco- mi esposa puede hacerlo después. Ella dispone de más tiempo. . . -Hazlo tú mismo, Juan -me ordena-. Vamos, quiero enseñarte a ser un buen esposo.

-Sí Señor - y me pongo a limpiar aquel desaliño.
Luego, él me pregunta: -¿Cómo te sientes ahora?
-Extraordinariamente, Señor. El mostrar amor hacia otros produce de veras un sentimiento agradable.

Entonces vuelvo al dormitorio y me digo a mí mismo: -Veamos qué ropa me pongo hoy. Llevaré estos pantalones grises con la chaqueta azul. Vaya, pero esta chaqueta azul está arrugada. ¿Y qué tal la marrón? No, no pega con los pantalones grises. Bueno, me pondré los de color marrón.

Para entonces ya tengo varias prendas extendidas sobre la cama, y planeo dejarlas ahí para que mi esposa las guarde.

De nuevo el Señor me dice: -¡Juan -¿Sí?
-Cuelga esa ropa.
-Pero mi esposa puede hacerlo. . . -Hazlo tú mismo.
-Si, Señor.
De manera que vuelvo a colgar todas las prendas donde estaban, y la habitación recupera su aspecto ordenado.
-¿Cómo te sientes ahora?
-Muy bien, Senor, realmente bien. Oh, es hora de partir como un rayo hacia la oficina o perderé el autobús.

Estoy a punto de salir por la puerta, cuando el Señor me dice:
-Juan Carlos.
-No has dado un beso a tu esposa.
-Pero Señor, es tarde. . . -Ven, hazlo; o ella estará resentida el resto del día.
-Hasta luego, queridita -digo a Marta -, me voy.
Y al salir me detengo un momento para besarla.
-Vaya -me dice aliviada de ver que no me olvido de ella-, creía que ibas a marcharte sin darme ni siquiera un beso.
-Gracias, Jesús -susurro, agradecido de que él sepa mostrar amor en todas esas pequeñas cosas que son importantes para las mujeres.

Cuando la gente me oye hablar de mis conversaciones con Jesús, pregunta: -¿Y cómo encuentra usted qué decirle?, ¿Piensa acaso que Jesús viene a nuestros corazones sólo para hablarnos acerca del bautismo o del milenio? Claro que no. El quiere enseñarnos a vivir -a ser esposos amantes y buenos padres-; de modo que habla conmigo durante todo el día, y yo con éI. Conversamos sobre cada asunto.

Si escuchásemos la forma que muchos de nosotros tenemos de orar, comprenderíamos que no conocemos realmente a Jesús como nuestro mejor amigo. Cuando uno tiene un amigo, habla con él mientras comparte las cosas corrientes de la vida. Su vocabulario, sus frases y los temas que trata son diferentes si está en su compañia que cuando se encuentra con alguien a quien solo ve ocasionalmente. Con un amigo, se deja de lado el protocolo y se tiene un trato íntimo.

Si usted posee vida en vez de religión, sus relaciones con Jesús serán íntimas ya que está usted creciendo en su amistad. Lo que hable con él será nuevo cada día.

Yo era un pastor soltero, y Marta uno de los miembros de mi iglesia. Cierto domingo por la mañana, después del culto, salí del edificio de la iglesia y me encontré con ella en compañia de un grupo de chicas.
-Marta -expresé -, me gustar

ía hablar con usted en privado si es posible.
-¿Quiere decir ahora? -preguntó.
-Bueno, pienso que estaría bien hacerlo ahora -fue mi respuesta.
-Claro, pastor.

Marta vino a mi oficina, y le dije: -Hermana Marta, me pregunto si ha notado que siento algo diferente hacia su persona que hacia el resto de las hermanas de la iglesia.
Ella se puso pálida.
-No. . . pastor -balbuceó- no lo había notado.
-Bueno -expresé yo-, me gustaria que empezase usted a hacerlo.

Ahora, suponga usted que después de mi conversación con Marta aquel primer domingo por la mañana, hubiera vuelto a decirle al siguiente domingo: -Hermana Marta, me pregunto si ha notado que siento algo diferente hacia su persona que hacia el resto de las hermanas de la iglesia.
Y un domingo más tarde: -Hermana Marta, me pregunto si ha notado. . . -¡Callese! -me habría gritado.

De haber sido asi, nunca nos hubiéramos casado ni criado cuatro hijos; porque una relación no puede desarrollarse cuando utilizamos siempre las mismas palabras protocolarias.

Eso se lo dije solo la primera vez. Desde entonces creció nuestra amistad; y ahora no tengo que repetir aquellas mismas cosas, porque hablamos, tenemos comunión, y estamos enamorados el uno del otro. Entre nosotros se ha desarrollado una grandísima intimidad en la cual lo compartimos todo.

Pero escuché las oraciones de muchos en los cultos -año tras año dicen lo mismo-: "Amado Padre celestial, venimos a tu presencia esta mañana; te damos gracias por esta reunión; te pedimos que estés con los que no han podido venir; nos acordamos de las viudas, de los misioneros. ¿Cómo podemos decir siempre las mismas cosas al Señor en nuestras oraciones? El debe sentirse aburrido con todo ese protocolo. Algunas veces pienso que tiene que preguntarse: "¿Es una cinta "cassette" o lo dice la persona misma?".

Dios es el Padre de usted, y Jesús su hermano; ¡El vive en su interior! Cristo desea experimentar esa relación con su persona, no escuchar su religión.
La iglesia es la novia de Cristo; mantenemos una relación con alguien que ha de ser nuestro esposo. Estamos enamorados de él, y él es nuestro mejor amigo.

Uno de los himnos que cantamos, dice: "El vive, él vive, hoy vive el Salvador; conmigo está. . .". ¿Es esa realmente su experiencia? ¿Anda y habla usted con él en todas las situaciones de la vida?

Muy a menudo voy al supermercado a comprar. Si es usted como yo, cuando lo hace tendrá la tendencia a adquirir muchas cosas que no necesita. Al ver algo en uno de los estantes, me digo para mí: "Lo voy a comprar".

Mientras lo hago, Cristo todavía se halla dentro de mí, y me dice: -No necesitas eso, Juan.
-Gracias, Señor -le respondo.
¿Ve? El me ayuda a comprar; y lo mismo hará con usted si presta oído a su voz.
En algunas ocasiones oigo un chisme: -El hermano tal y tal, ese tremendo predicador. . . -y allá que sale cierto rumor escandaloso acerca de dicho hermano.
-¡No! -digo yo.
-Si -me asegura la otra persona.

Un momento después estoy con otro hermano: -¿Sabes lo que ha pasado con tal y tal?. . . En ese momento, una voz me habla:
-No lo digas.

Antes de saber que se trataba de la voz de Jesús, yo seguía adelante y decía todo lo que pensaba decir; y luego me sentía mal. Pero he aprendido a escuchar esa voz y a obedecerla: eso significa ser obediente a los mandamientos del Señor bajo el Nuevo Pacto.

No puedo contarle a usted acerca de muchas de mis conversaciones con Jesús, porque se escandalizaría. Muchos de ustedes no creerían que hablo realmente con él como lo hago. Pero cuando existe una profunda amistad entre dos personas, la intimidad permite compartirlo todo.

Jesús está con nosotros todo el tiempo; no solo para perdonar nuestros pecados -lo cual también hace-, sino para impedir que caigamos. Si tuviéramos una comunión constante con él, la santidad nos vendría muy fácilmente.

Tal vez diga usted: -Hermano Ortiz, ¿cómo sabe que es Jesús quien le habla? También la carne puede hablarnos, y Satanás... Escuche: Si no sabemos esto, no sabemos nada; ya que los hijos de Dios son aquellos que son guiados por el Espíritu.

El Señor prometió: "Pondré dentro de vosotros mi Espíritu; y hare que andéis en mis caminos". Y Jesús dijo: "El Espíritu de verdad os guiará a toda verdad. . . os enseñará todas las cosas".
Si la manera que tiene de hablar con nosotros no es todo lo clara que puede ser, sus promesas no tienen sentido.


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Omar A. Parra P.
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martes, octubre 10, 2006

Y como tratas tu?

Lo trataron como a rey

Lectura: Mateo 25:31-46

(Mateo 25:35) "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis

Se ha sabido que el rey Abdalá II, gobernante de Jordania desde 1999, se disfraza para ir a los lugares públicos. Su propósito es hablar con gente ordinaria, averiguar lo que están pensando, y comprobar cómo tratan los empleados civiles a su pueblo. Ha visitado hospitales y oficinas gubernamentales para enterarse de la clase de servicio que dan.

Al rey se le ocurrió la idea mientras se encontraba en Nueva York. No podía salir de su hotel sin que lo acosaran, así que se puso un disfraz. Dio resultado, por eso lo probó en su país. Informó que una vez empezó esta práctica, los servidores civiles y empleados de
hospital comenzaron a tratar a todo el mundo como a rey.

Imaginan cómo era cuando Cristo vino al mundo la primera vez. El Dios del universo andando entre los seres humanos y ni siquiera se dieron cuenta. Se portaron tan amablemente o tan vilmente como siempre actúan en la presencia de Dios manifestado en la carne.

La realidad es que aunque tú nunca lo veas en la carne así, "... no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta." (Hebreos 4:13). ¿Sabes qué? La Biblia dice que Dios aveces envía a ángeles para probarnos y para ver exactamente cómo tratamos a nuestro prójimo. Pero no es como que Él no lo supiera ya.

Cuando Cristo venga como Rey juzgará a las naciones (Mateo 25:31-46). Dijo que ese juicio estará basado en la manera como la gente lo trató a Él cuando tenía hambre, sed, era un extraño, estaba desnudo, enfermo o en la cárcel. Aquellos a quienes se esté juzgando preguntarán cuándo lo vieron en esas situaciones, y Jesús dirá: "... en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" ( v.40).

Puesto que todas las personas son creadas a imagen de Dios, y como Jesús nos enseñó con sus palabras y ejemplo que a Él le importa mucho cómo tratamos a los demás, debemos tratar a todo el mundo con amabilidad y compasión. Tratemos a los demás como a reyes.

NUESTRO AMOR A CRISTO ES TAN REAL COMO NUESTRO AMOR A NUESTRO PRÓJIMO.

(II Corintios 8:21) pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.

Hno. Prince Parker



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Omar A. Parra P.
La Red Cybercommunity
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Mira los gansos

 

 Mira los gansos

 

El próximo otoño cuando veas los gansos dirigiéndose al sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una "V". Tal vez te interese saber lo que la ciencia ha descubierto del porqué vuelan de esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de el. Volando en "V" la bandada completa aumenta por lo menos un 71 por ciento más de su poder que si cada pájaro volara solo. 

Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente porque van apoyándose mutuamente.

Cada vez que un ganso se sale de formación siente inmediatamente la resistencia del aire se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va delante. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección.

Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar.

Obtendremos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos más difíciles. Los gansos que van detrás graznan (producen el sonido propio de ellos) para alentar a los que van delante a mantener la velocidad. Una palabra de aliento produce grandes beneficios.

Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y sólo entonces los dos acompañantes vuelven a otro grupo. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos.

Al leer una y otra vez este ensayo uno se siente tentado en parafrasear las palabras de Jesús:

"Mirad los gansos, no van a la universidad ni pretenden ser cristianos, pero ni aún Salomón con toda su sabiduría se portó como uno de ellos"



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Omar A. Parra P.
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