viernes, abril 15, 2011

Es mejor dar que recibir

 

Es mejor dar que recibir, aún cuando no seas boxeador

 

De acuerdo con la antigua ley romana, un soldado tenía el derecho de pedir a cualquier transeúnte que le llevara su carga por una milla. Un guerrero cansado le pidió una vez a un anciano que le llevara su carga. Al final de la milla el anciano rehusó bajar la carga.

- Usted ya la ha llevado por una milla -insistió el soldado- Por favor, bájela, yo la puedo llevar ahora.

-Yo no la quiero bajar -replicó el anciano- Déjeme explicarle. La primera milla es una obligación con mi país, pero si quiero servirle realmente, tengo que ir más allá de mi deber. Por esto quiero seguir una segunda milla.

 

Hay tres medidas que podemos aplicar a los regalos que recibimos, y que nos permiten clarificar debidamente el valor de tales regalos. Una de estas reglas es el valor intrínseco de lo que se nos ofrece; otra es el móvil que impulso a la persona que nos hace el regalo; la tercera es la utilidad que nos proporciona. En efecto, hay regalos que cortan el aliento, por su precio tan elevado; otros, aun cuando menos costosos, nos emocionan mas por lo mucho que entrañan de amor y sacrificio por parte de la persona que nos obsequia, mientras que otros nos colman de alegría por tratarse precisamente de aquello que mas necesitamos.

En las palabras de Winston Churchill se nos dice: "Nos ganamos la vida con lo que obtenemos; hacemos una vida con lo que damos." La Biblia dice: "Den, y se les dará; se les echara en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes." Lucas 6:38

La generosidad es como la marea que lleva, eleva y empuja a los barcos, todos se benefician de, ella. Los chinos tienen un proverbio que vale la pena recordar: "La fragancia de la rosa se queda impregnada en la mano del que la da." Un espíritu caritativo no es una opción, sino un mandato. Cuando Jesús envió a los doce, les dijo: "Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo" Empiece hoy a dar.

No me refiero a dar dinero o posesiones, aunque tambien debemos incluirlas. Sin embargo, creo que con una sonrisa, sencillamente con una sonrisa, podemos dar un estimulo genuino a muchas personas. Quizá esa sonrisa las fortalezca en momentos de angustia, de desesperación, y les dé la oportunidad de evaluar lo que están por hacer. Esa sonrisa les dirá que todavía hay personas que las aman y respetan.

 

¿Cuánto es su verdadero valor

 

La decisión de dar antes que recibir produce una nueva perspectiva en la vida, es como el ejemplo del hombre muy rico que le pregunto un reportero:

- ¿Cuánto vale usted?

-Cuatrocientos mil dólares -respondió él.

-Pero según nuestras fuentes usted tiene varios millones de dólares -replicó el periodista.

-Es verdad -dijo el hombre- Pero usted me preguntó cuánto valía yo, y yo creo que mi precio es lo que doy, no lo que poseo.

El año pasado di cuatrocientos mil dólares para obras de caridad, y para mí ese es el barómetro de mi verdadero valor. Sí lo que vales estuviera basado en tus donativos, más que en tus recursos, ¿Cuál sería tu verdadero valor?

Se pregunto a un portero porque razón muchas veces los ricos son menos generosos en dar propina que los pobres o de mediana posición. Yo sé el motivo -respondió este hombre- Porque los ricos no quieren que nadie se entere de que son ricos, y los pobres no quieren parecerlo. Una de las mayores razones por las cuales la Biblia fue escrita es para enseñarnos a esperar lo opuesto a lo que vemos en el mundo.  No damos para recibir, aunque esta es la forma en que aparentemente siempre resulta.

En cuanto a dar se refiere núnca le ganarás a Dios

A un contribuyente generoso de la obra de Dios se le preguntó una vez:

-¿Cómo se las arregla usted para dar tanto? El respondió:

- El Señor nunca cesa de palear buenas cosas sobre mí. Si yo no las vuelvo a palear estaría sepultado en una avalancha.

El estaba obedeciendo el decreto de Dios: "El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte o guarde algún dinero conforme a sus ingresos, para que no se tengan que hacer colectas cuando yo vaya" (1 Corintios 16:2) Este mundo sería mejor si cada unp de nosotros apartara un porcentaje de sus ingesos para ayudar a otros. A Dios no le impresionan las cantidades, mas si los porcentajes.

En Israel existe el mar de Galilea, un lago fresco rebosante de vida. Está vivo porque deja correr una parte de todo lo que recibe fluyendo hasta desembocar en el río Jordán. Al extremo sur del Jordán está el mar Muerto; el cuerpo de agua más salado del mundo. Tiene este nombre porque el agua no fluye; retiene todo lo que recibe y, en consecuencia, no puede mantener ninguna vida animal. El dar nos mantiene vivos y dinámicos. La analogía de Billy Graham dice así: "Dios nos ha dado dos manos, una para recibir y otra para dar. No somos tanques o pozos hechos para acumular; somos canales hechos para compartir." 

Dios nos dice que debemos dar para recibir, morir para vivir y servir para dirigir. Muchos nos encontramos diciendo: «Si tan solo tuviera esto... si al menos esto fuera distinto… si tuviera más dinero, podría hacer todo lo que Dios quiere que haga», mientras que pasamos por alto las semillas que Dios ha plantado en nuestro interior. La gente siempre exagera la importancia de las cosas que no tiene. Dios nunca te pedirá algo que no le puedas dar. Quiere que empieces con lo que te ha dado. 

 

Hay mas dicha en dar que en recibir

 

En 1419 se escribió un epitafio para en la tumba de un hombre que aún declara una verdad:

Lo que dimos, lo tenemos; lo que gastamos, lo tuvimos; lo que retuvimos, lo perdimos. La Biblia nos lo puede decir de esta manera: "con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: "Hay mas dicha en dar que en recibir". Hechos 20:35

Henry Ford dijo: «El hombre que usa su habilidad e imaginación constructiva para ver cuánto puede dar por un dólar en vez de cuánto puede dejar de dar está seguro de tener éxito». John Wesley, el fundador del metodismo enseñó que un fiel siervo debe tener tres objetivos con respecto a las finanzas: "Gane todo el dinero que pueda. Ahorre todo lo que pueda. Dé todo lo que pueda. "

Para crecer hay que dar. He aquí un simple pero contundente principio: Siempre dé a las personas más de lo que esperan. Dé más de lo que esperan y hágalo con alegría. Dios es un dador. Así que sea como El y haga cosas buenas para todo el mundo. Prepárese para dar en un instante porque cuando da rápido; es como dar dos veces. Dar puede convertirse en un buen hábito. Se ha dicho que el mundo está lleno de dos clases de personas: las que dan y las que reciben. Las que reciben comen bien, pero las que dan, duermen bien. Por eso, mantenga el río de su vida fluyendo y dé. Esfuérzate y hazlo.

 

 

 José Rea